28/07/2025.- www.tiempoar.com.ar.- Por Alberto López Girondo.-Foto portada: El hambre, la nueva arma de Israel para acabar con los habitantes de Gaza. Imagen: www.tiempoar.com.ar.
Hiba Abu Nada le habría respondido a Theodor Adorno que incluso en Gaza se debe hacer poesía.
Un texto de Primo Levi, italiano de origen sefardí, desnuda las atrocidades padecidas en el campo de concentración de Auschwitz con un título que impacta: Si esto es un hombre. Comienza con un poema en que la frase funciona de modo retórico y conminatorio a lectores que viven en lugares seguros y, diríamos, tienen techo seguro y la panza caliente. ¿Pregunta? si es un hombre «quien trabaja en el fango, quien no conoce la paz, quien lucha por la mitad de un pan, quien muere por un sí o por un no». Si es una mujer esa que «no tiene cabellos, ni nombre, ni fuerzas para recordarlo, la mirada vacía y frío en el vientre, como una rana en invierno».
Auschwitz es el ejemplo más inquietante de lo que puede hacer la enajenación del ser humano cuando se pierden los límites de lo humano. Cuando los dioses de la muerte seducen con el amargo licor de la muerte. Y huelen el horror que sintió Kurtz, el personaje de Joseph Conrad que en El corazón de las tinieblas se sumerge en la bestialidad desbocada del colonialismo europeo en el Congo. Es África, pero es el ícono de todos los colonialismos. Esas atrocidades cometidas bajo la pátina de la civilización. Es Vietnam en la versión de Francis Ford Coppola que tan bien representó Marlon Brando con su Coronel Kurtz en Apocalipsis Now.
La tribulación de Primo Levy vuelve así a inquietar. ¿Es humano Mohamed Zakariya Ayyoub al-Matouq, el bebé de 18 meses, un manojo de huesos débiles, que Hedaya al-Muta sostiene en sus brazos? ¿Es humano el ministro de Patrimonio de Israel, Amihai Ben-Eliyahu, cuando dice que «ninguna nación alimenta a sus enemigos»? ¿O es humano el general retirado Yair Golan, ex subjefe del Estado Mayor del Ejército de Israel y ahora líder del opositor partido Los demócratas al declarar hace algo más de un mes que «un país sensato no mata niños como un pasatiempo»? ¿O Yotam Vilk, el soldado israelí que como otros tantos se oponen a las atrocidades que los obligan a cometer en Gaza y Cisjordania?
El filósofo y músico alemán Theodor Adorno describió esos horrores cometidos por las tropas nazis: «Lo monstruoso, referido al nombre de Auschwitz, ha seguido siendo inconcebible precisamente porque no es comparable, porque no puede justificarse históricamente con nada y se ha convertido así en ruptura». Y lanzó un par de preguntas lacerantes. «¿Puede hacerse arte después de Auschwitz? ¿Tiene uno derecho a escribir poemas después de Auschwitz?».
Hiba Abu Nada tenía 32 años. Había nacido en La Meca en el seno de una familia desplazada por tropas israelíes de Bayt Jirja, en el noreste de Gaza, durante la Nakba. En Arabia Saudita pudo recibirse de bioquímica y nutricionista, pero urdía poemas. A un Theodor Adorno que dijera si después de Gaza hay derecho a escribir poesía, ella respondió con un texto que dejó en su cuenta de X el 20 de octubre de 2023: «La noche de Gaza es oscura sin el resplandor de los cohetes / tranquila sin el sonido de las bombas / aterradora sin el consuelo de la oración / negra sin la luz de los mártires». Al otro día fue asesinada durante un ataque israelí.







