El lawfare es una guerra política por la vía judicial-mediática, con intereses económicos, políticos y geopolíticos deliberadamente ocultos a la opinión pública, que opera particularmente contra sectores y liderazgos políticos que proponen Estados soberanos, con lineamientos económicos redistributivos e inclusión de las mayorías.

Existen importantes similitudes en las causas más emblemáticas del lawfare regional: a continuación, presentamos los puntos en común entre la Causa Cuadernos (Argentina) que en estos días inició su etapa de juicio oral, con la Causa Sobornos (Ecuador) y Lava Jato (Brasil) ¿Casualidades o causalidades?

Pruebas débiles o falsas

Causa Cuadernos: la causa se inicia con las fotocopias de los cuadernos supuestamente escritos por uno chofer (Oscar Centeno) que trasladaba a Roberto Baratta, ex funcionario del Ministerio de Planificación. Peritajes realizados por la Superintendencia Federal de la Policía Científica, en una causa paralela, demostraron que los cuadernos habían sido groseramente manipulados, con miles de enmiendas, tachaduras o irregularidades, nunca desmentidas tampoco en la causa principal. Sin embargo, la causa Cuadernos continúa su curso. Los cuadernos originales, al principio no estaban y Centeno dijo que se habían quemado; tiempo después “aparecieron” los originales en manos del mismo periodista que había recibido las fotocopias en primera instancia.

Causa Sobornos: la causa se destapa con la libreta de Pamela García, ex secretaria de Rafael Correa, escrita en 2018, en retrospectiva (recordando de memoria eventos entre 2012 y 2016), donde detallaba supuestos aportes ilegales al partido del ex presidente. El cuaderno apareció en un segundo allanamiento al departamento de Martínez, 20 días después de haber sido detenida y cuando le informaron que podría enfrentarse a 14 años de cárcel.

Lava Jato: el power point del fiscal Deltan Dallagnol sirvió para declarar a Lula líder de una banda de funcionarios y empresarios corruptos, en la causa juzgada por Sergio Moro, posteriormente Ministro de Justicia de Jair Bolsonaro. Tras pasar casi dos años preso e inhabilitado de participar electoralmente, no solo Lula da Silva, sino diversos condenados por las causas del Lava Jato vinculados a Odebrecht,  fueron sobreseídos, porque la totalidad de las pruebas fueron consideradas nulas por la Corte Suprema.

Arrepentidos no arrepentidos y testimonios considerados como pruebas concluyentes

Debe recordarse que en general, los testimonios no provienen de personas “arrepentidas”, sino implicados que buscan reducir su pena o el castigo al que puedan quedar sujetos. En muchas ocasiones, se denuncia que estas delaciones premiadas se dieron en contextos de extorsiones, amenazas, intimidaciones y hasta torturas. Debe destacarse que las delaciones premiadas fueron incorporadas o ampliadas en los Códigos Penales de la región a través de reformas impulsadas por agencias del gobierno de Estados Unidos.

En el año de las elecciones presidenciales 2023 la causa Cuadernos reunía 159 imputados, había 899 testigos ofrecidos, se publicitaba como “la investigación de hechos de corrupción más extensa que se ha realizado en la historia judicial argentina”. No se filmaron/grabaron los testimonios de los arrepentidos y fueron tomados como “prueba en sí misma”, no como un indicio para buscar pruebas fehacientes. Algunos de los arrepentidos de la Causa fueron extorsionados por un falso abogado (D’Alessio) que los amenazaba con implicarlos en la causa si no involucraban a CFK como delincuente. Recientemente, Roberto Herrera, abogado de Víctor Manzanares, denunció prácticas de tortura contra su defendido, para que declare como “arrepentido”.

En Ecuador, se abrieron causas contra al menos 300 funcionarios y asambleístas de Alianza País. En la Causa Sobornos y otras causas se basaron casi exclusivamente en testimonios de “testigos protegidos”, arrepentidos, cuyas declaraciones eran tomadas como pruebas fehacientes. Tampoco hubo oportunidad de réplica a estos testimonios, evadiendo este paso elemental en cualquier investigación que se apegue al debido proceso.
Lava Jato implementó 174 condenas y más de 200 acuerdos para que los investigados confesaran.

Los testimonios de principales implicados, luego se arrepintieron de lo dicho. El documento de la sentencia del caso Tríplex de Guarujá (por el cual se condenó a Lula a prisión) consideraba estos testimonios como prueba y no como indicios para buscar pruebas más concretas.

 

Periodistas “independientes” y el Consorcio Investiga Lava Jato

Tanto los periodistas de la Causa Sobornos en Ecuador como de la Causa Cuadernos en Argentina, participaron de un Consorcio de Periodistas llamado Investiga Lava Jato, conducido por el director de Folha de Sao Paulo, uno de los que instalaron la agenda de la corrupción en Brasil, por décadas, con un framing que daba al Partido de los Trabajadores un rol protagónico en las supuestas tramas de delincuencia. El Consorcio fue premiado por la Sociedad Interamericana de Prensa (entidad que suele proclamarse en contra de los gobiernos progresistas porque los considera una amenaza a la “libertad de expresión”).

En todas las investigaciones se repite la espectacularización de los casos en la prensa a partir de pruebas débiles y arrepentidos dudosos, paso fundamental para generar una sentencia anticipada en la opinión pública, criminalizando a los/as líderes/as implicados/as (Correa, CFK, Lula da Silva). Algunos/as de los/as periodistas fueron premiados (premio Rey Juan Carlos), sus notas replicadas en medios como CNN y participaron en eventos organizado por la fundación Federalismo y Libertad, miembro de la Red Liberal de América Latina (RELIAL); de la Red Atlas Network (Estados Unidos).

La presencia directa o indirecta de EE.UU.

En el Lava Jato, tuvo incidencia el Departamento de Justicia, el Departamento del Tesoro y hasta el FBI, operando incluso por fuera de acuerdos bilaterales. El Juez Sergio Moro, “el mejor alumno” (según cables filtrados por Wikileaks) de uno de los cursos de USAID sobre lavado de dinero y corrupción. Sergio Moro fue Ministro de Justicia de Jair Bolsonaro (presidente de derecha que llegó al gobierno porque su contrincante y preferido, Lula da Silva, fue apresado por una causa del Lava Jato, en 2018).

En la Causa Sobornos, la USAID (Agencia de cooperación estadounidense) fue uno de los que financió al grupo de periodistas independientes denominado Mil Hojas que publicó la investigación donde supuestamente se demostraba la trama de corrupción durante las gestiones de Rafael Correa (replicado y apoyado también por FUNDAMEDIOS, consorcio de periodistas también financiado por agencia de cooperación de EE.UU.). Esos mismos periodistas declararon ante la justicia y años más tarde se presentaron como candidatos a elecciones presidenciales. La Fiscal Diana Salazar, responsable de la mayoría de las causas abiertas contra el correismo, y del chantaje a lxs arrepentidxs, tenía vínculo directo con la Embajada de EE.UU.

En la causa Cuadernos, se menciona que el falso abogado D’Alessio (que se hizo pasar por agente de la AFI) formaba parte de una red de informantes cercanos a la Embajada de EE.UU. en Bs As., que incluía a funcionarios/as y ex funcionarios de la oposición la kirchnerismo. El actual embajador de EE.UU. en Argentina, Peter Lamelas, defendió su designación ante el Congreso estadounidense sosteniendo que uno de sus objetivos era que “Cristina Fernández de Kirchner reciba la justicia que bien merece”.